¿Has tenido alguna vez un amigo que no hace falta ni que os habléis que ya sabes lo que quiere?
Yo sí.
¿Y si te digo que este amigo es además mi socio en Namar?
Quería contarte la historia de Namar y del nuevo rumbo de la empresa, pero no puedo hacerlo sin hablarte de algo que ha hecho que todo fluya de forma natural: la amistad entre los dos socios de esta empresa.
Fue en 1999, cuando ya hacía varios años que José y yo trabajábamos juntos, que le dije:
– Quiero montar mi empresa de rótulos, ¿vienes conmigo y nos hacemos socios?
José sin pensarlo me dijo que sí.
Y desde el primer momento todo fluyó entre nosotros. Nos entendíamos a la perfección.
No hacía falta que uno terminara la frase que el otro ya respondía.
Así, José fue tomando el mando de la parte más técnica de los proyectos y yo de la parte más de gestión empresarial y comercial.
No fue nada que decidiéramos de antemano, simplemente cada uno fue tomando su rol.
Si Namar fuera un barco, José estaría en los remos y yo en el timón.
Y aunque este barco ha tenido que seguir navegando durante algunas tormentas y tempestades. Y a veces yo he tenido que remar y José ha tenido que llevar el timón. Con el esfuerzo conjunto hemos logrado mantener el barco a flote y puedo decir que ahora es un barco que viaja calmado hacia un puerto seguro.
Letras de neón
¿Sabías que inicialmente prestábamos servicios únicamente de rotulación con letras en neón?
Por aquél entonces eso es lo que estaba de moda y nos dejamos llevar por la tendencia del momento. Un método, el de tubos de neón, que además dominábamos a la perfección.
Por si había alguna duda sobre a qué nos dedicábamos, bautizamos la nueva empresa con el nombre de: Neones Namar.
Aunque pronto ese nombre dejó de definir nuestros servicios, porque poco tiempo después añadimos a nuestro catálogo de servicios otros tipos de rotulación corporativa.
La empresa iba cada vez mejor y ponto nuestro local se quedó pequeño. Así que en 2004 cambiamos de nave y aprovechamos para dejar claro que no sólo nos dedicábamos al neón. A partir de entonces la empresa cambió a: Rótulos Namar.
Viento en popa a toda vela
En 2005, con el cambio de nave, ¡sí que fuimos viento en popa a toda vela!
Nuevas máquinas de impresión, nueva flota de vehículos, más personal, formación interna… Todo esto fue clave para seguir este viaje.
Y ya en 2016 y 2017 apostamos por la impresión digital de gran formato y la fabricación aditiva 3D y en 2018 tenemos que volver a cambiar de nave, ¡las instalaciones se han vuelto a quedar pequeñas!
Ya en el nuevo espacio seguimos creciendo, hasta hoy, que volvemos a cambiar de nombre para llamarnos: Namar Brand Factory.
¿Qué es Namar Brand Factory?
Transformación, evolución, crecimiento, sostenibilidad son las palabras que definen a Namar desde sus inicios, pero nos faltaba un nombre que realmente nos definiera.
Desde hacía tiempo que veíamos que no sólo hacíamos trabajos de rotulación, sino que hacíamos una gestión integral de los espacios. También de interiorismo.
Sin planearlo nos habíamos convertido en una empresa de branding adaptado a los espacios.
Pero el nombre de Rótulos Namar podía confundir y que el cliente únicamente nos tuviera en cuenta para la parte de rotulación, pero eso no era lo que queríamos proyectar.
Decidimos que tocaba cambiar de nuevo el nombre, por uno que sin lugar a dudas definiera nuestro “core business”: Namar Brand Factory.
Junto con el nombre cambiamos la web y decidimos hacer una jornada de puertas abiertas para mostrarte nuestras instalaciones y las máquinas que dan forma a nuestros proyectos.
¿Qué pasará el 18 de marzo?
Conocerás nuestras oficinas, verás funcionar nuestras máquinas de impresión y rotulación, hasta la impresora UVG que imprime con tinta al agua (importante porque no es tóxica, por lo que es ideal para utilizar en entornos sanitarios o educativos y su tinta no contamina), y para terminar una sorpresa que no voy a desvelar todavía.
Esta jornada es también un agradecimiento a todas aquellas personas que nos han acompañado en este viaje: familiares, proveedores, clientes y por supuesto ¡amigos!
¡Infinitas gracias por estar a nuestro lado!
Santi Martínez